FUNCIONAMIENTO FAMILIAR Y PERCEPCIÓN PARENTAL DEL ESTADO NUTRICIONAL DE SUS HIJOS E HIJAS EN EDAD PREESCOLAR
Ajayu vol.17 no.1 La Paz mar. 2019
Este estudio tenía el propósito de identificar la percepción que los padres y madres tienen acerca del estado nutricional de sus hijos(as) y establecer una relación con el funcionamiento familiar percibido por los primeros.
Se encontró que los padres y madres de niños(as) con sobrepeso y obesidad tienden a subestimar el estado nutricional de sus hijos(as). Esto es similar a otros estudios realizados en Chile en los que se ha observado el mismo resultado evaluando principalmente la percepción de la madre (Diaz, 2000; Warschburger & Kröller, 2009; Maynard, Galuska, Blanck & Serdula, 2003; Doolen & Miller, 2009; Zonana-Nacach & Conde-Gaxiola, 2010; Bracho & Ramos, 2007). Los(as) niños(as) incorporan gran parte de los hábitos y prácticas alimentarias de una comunidad a través de la familia, pero sobre todo a través de la madre (Osorio, Weisstaub & Castillo), por lo que un resultado como éste puede tener importantes implicancias en las acciones destinadas a intervenir sobre la obesidad infantil.
Al comparar grupos en relación a los diagnósticos reales de los(as) niños(as) o en relación al acierto o error en la percepción del estado nutricional, no se encontraron diferencias significativas en funcionamiento familiar ni en sus sub-dimensiones, lo que resulta similar a lo encontrado en otro estudio realizado en México (Nájera,2014).
Tampoco se observan diferencias en creencias sobre la obesidad infantil si comparamos grupos de acuerdo al estado nutricional real o si aciertan o no en su percepción del estado nutricional de los(as) hijos(as). En otras palabras, poseer creencias acertadas respecto a la obesidad infantil no tendría relación con una percepción más realista acerca del estado nutricional del propio hijo. Al respecto, autores como Muhammad, Omar, Shah, Muthupalaniappen y Arshad (2008) concluyeron que a pesar de que los padres y madres poseen conocimiento general sobre los temas de nutrición y obesidad, esto no es suficiente para que reconozcan el creciente sobrepeso y problemas de obesidad en sus hijos(as).
Si bien respecto al peso real de los niños no se observaron diferencias en funcionamiento familiar, respecto a la percepción de los padres y madres sí se encontraron diferencias entre los grupos, pues quienes perciben a sus hijos(as) como bajo peso y peso normal (ya sea en forma correcta o incorrecta), presentan mejor funcionamiento familiar que los padres y madres que perciben a sus hijos(as) como sobrepeso u obesidad. Esto además se repite para las sub-dimensiones de comunicación y roles, donde los padres y madres que perciben a sus hijos(as) como bajo peso y peso normal, presentan mejor comunicación y roles que los padres y madres que perciben a sus hijos(as) como sobrepeso u obesidad.
Respecto a lo anterior, no se encontró literatura que se refiera directamente a la relación entre la percepción de padres y madres del estado nutricional de sus hijos(as) y el funcionamiento familiar evaluado por padres y madres. Lo que sí se aprecia son resultados relacionados al estado nutricional infantil y la percepción de los(as) niños(as) respecto al funcionamiento familiar. Por ejemplo, en el estudio de Nájera31 se encontró que los(as) niños(as) con obesidad percibían la comunicación y roles más altos y la afectividad más baja que los(as) niños(as) con peso normal. Algo similar se ha encontrado en otros estudios con niños(as) (Reyes & García, 2008). Estos resultados son distintos al encontrado en el presente estudio, por lo que al parecer existirían diferencias entre lo que reportan los padres y madres y lo que reportan sus hijos(as) sobre el funcionamiento familiar y su relación con el estado nutricional.
Existen investigaciones (González-Rico, Vásquez-Garibay, Cabrera-Pivaral, González-Pérez & Troyo-SanRomán,2012; Jaramillo-Sánchez, Espinosa-de Santillana & Espíndola-Jaramillo, 2012) que muestran que la obesidad se relaciona con dificultades en el funcionamiento de las familias y con problemas para ofrecer contención emocional y conductual; en el presente estudio no encontramos que el estado nutricional real tuviera relación con el funcionamiento familiar, sino la percepción del estado nutricional. Pese a esto, consideramos que una intervención destinada a reducir la obesidad infantil debe ser multidisciplinar y abarcar cambios de estilos de vida, tanto en la escuela como en el hogar (Durá & Sánchez-Valverde, 2005), sobre todo porque ambientes familiares adversos pueden ocasionar a los(as) hijos(as) una mayor ingestión de alimentos como mecanismo compensatorio (Herrera, 1997). Creemos que la exploración de las motivaciones, conocimientos y creencias que poseen los padres y madres para no llevar a cabo las consultas nutricionales, así como las percepciones alteradas del estado nutricional, permitiría a los equipos multidisciplinarios y a los desarrolladores de campañas de salud, realizar intervenciones más dirigidas, pertinentes y con resultados exitosos (Rhee , De Lago, Arscott-Mills, Mehta & Davis,2005).
Este estudio presenta algunas limitaciones. Una de ellas, es la pequeña cantidad de participantes, que resta potencia a los resultados encontrados; por esto, se sugiere que futuras investigaciones incluyan una mayor cantidad de personas. La segunda limitación radica en que la muestra no fue probabilística, por lo que no es posible su generalización a toda la población de padres y madres con hijos(as) en edad preescolar. En tercer lugar, no se exploraron otros factores que también podrían influir en la percepción materna y paterna del estado nutricional de sus hijos(as), tales como el Índice de Masa Corporal del padre o la madre, así como sus ingresos económicos; además, sería útil medir, como sugiere la literatura especializada, variables relacionadas con la percepción de riesgo de la obesidad, además de las relacionadas con la percepción del estado nutricional propiamente tal.
Como conclusión, se puede señalar que estos resultados permiten sustentar la relevancia del funcionamiento familiar y el conocimiento e involucramiento de los padres y madres en las temáticas de prevención y promoción de salud nutricional de sus hijos(as). Por ello, es de esperar que estos resultados sean considerados por los padres y madres, para que se hagan más conscientes sobre los ambientes en los cuales los(as) niños(as) se desenvuelven y desde allí, poner énfasis no solo en su salud física sino también en su bienestar emocional. Estos resultados también podrían ser un aporte a los equipos multidisciplinarios que se enfocan en el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso, dado que la percepción materna y paterna del estado nutricional sería fundamental en el proceso de intervención clínico de estos problemas de salud en la infancia temprana.
Bibliografía
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